sábado, 28 de enero de 2017

LA POSTVERDAD.

"Tu verdad no; la verdad
 y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela".
               Antonio Machado.


Esto de la postverdad, aparte de ser una moda estúpida, es un engaño.
Llaman postverdad a la idea de que hoy puede ser verdad cualquier cosa.  Basta con que la gente crea algo para que ello sea considerado verdad.
Nada nuevo bajo el sol. Cualquier persona con un mínimo de formación sabe distinguir entre verdad y vigencia. Alguna idea puede tener durante un tiempo vigencia aunque no sea sólida, pero no por ello tal idea es verdadera. Alguna idea puede no abrirse camino durante un tiempo sin que ello indique que sea falsa.
También habrá que decir que quien afirma que ya no hay verdad   piensa que tal afirmación ( ya no hay verdad) es verdadera, concediendo con ello que es distinta la verdad de la falsedad (argumento nada nuevo pero que mucha gente no capta).

La moda de hablar de "postverdad" es el último giro de una sociedad que tiende cada vez más a confundir al ciudadano con el cliente y a sustituir el juicio con el gusto.

jueves, 19 de enero de 2017

ME LA SUDA.

Me encontraba yo el otro día en una clase tratando de explicar una serie de cosas cuando de repente pude apreciar cómo un chaval decía en voz baja pero perfectamente audible "me la suda". Desconozco si con tal expresión se refería a lo que yo trataba de transmitir, cosa que en todo caso me la suda.
Pasaron más o menos diez minutos y volvía a oír, procedente de la misma persona idéntica expresión, "me la suda", pronunciada en el mismo tono de voz. Así ocurrió una o dos veces más, con la misma periodicidad de unos diez minutos.
Ignoro si la frecuencia con que eran emitidos los "me la suda" obedecía a algún algoritmo por mí desconocido pero los mismos se producían con regularidad asombrosa.
Parecía un tema musical tratado en forma de variación. El primer "me la suda" se oyó de manera silábica, pero en las sucesivas variaciones se fue transformando la forma silábica en otra cada vez más melismática, de suerte que el primer "me la suda" pasó a oírse algo así como "me la suuuuuda", para luego presentarse en forma más insinuante como "me la sudaaaaa".
Nosotros, los nacidos en los años sesenta, no decíamos "me la suda" y en su lugar empleábamos el mucho más complejo "me la refanfinfla", pero en estos tiempos de mensajes breves "me la refanfinfla" resulta en exceso elaborado.
Mejor "me la suda", más contundente en su brevedad.
Propongo que Facebook incorpore el "me la suda" a su catálogo de reacciones, junto con el "me gusta", "me encanta", " me enfurece", etc, etc.
¿Se imaginan ustedes la satisfacción que se podría tener por haber logrado unos cuantos "me la suda"?

A mí personalmente, me la suda.

sábado, 14 de enero de 2017

¡MANDA HUEVOS!

Hace años, siendo yo estudiante de Bachillerato, acudí a una charla que mi profesor de matemáticas iba a dar acerca de cómo iba a ser el siguiente curso. El enunciado de la charla rezaba "cómo será el tercero de Bup", tema apasionante donde los haya. No recuerdo dónde fue la charla pero lo que sí recuerdo es que la misma se desarrollaba en un hotelito bastante coqueto. Nos recibieron en una sala amplia donde un joven se encargaba de darnos la bienvenida y de romper el hielo.
El estilo falsamente juvenil de nuestro interlocutor y su impostada seguridad me produjeron desde el primer momento una sensación de malestar y rechazo.
Nos dijo el mozo que era fiscal. Era Federico Trillo. Me lo volví a encontrar años después, ya con más fama y más kilos, en una casa de comidas no muy cara pero de gran calidad próxima al Congreso, cuando nuestro hombre ejercía como presidente del Congreso de los Diputados.
Años después volvía a coincidir con la regordeta estampa del prócer en la librería Crisol, ya desaparecida.
Voy a abstenerme de formular ningún juicio negativo acerca del conquistador de Perejil, no sea que le de un infarto y yo me sienta culpable de sus zozobras.
Descanse en paz en su vida política y en la otra, tiempo tendrá de poner sus pensamientos en orden con Dios, dado que oficialmente tiene mejores relaciones con el Sumo Hacedor que las que yo pueda nunca lograr y, si no miente, habla más con Él que yo, que hace muchos años que no le hablo.

¡ Manda huevos!