"Cuando los nazis vinieron
a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar".
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar".
Este es un poema muy famoso, sin título
y sin una versión clara, pues su transmisión fue básicamente oral.
Lo más curioso del texto es su
atribución. Muy citado en cualquier circunstancia donde alguien se sienta
perseguido, se le suele adjudicar sistemáticamente al dramaturgo alemán Bertolt
Brecht. El único problema de tal atribución es que Brecht jamás escribió tal
poema.
El verdadero autor del célebre y
problemático texto es Gustav Emil Martin Niemöller, un pastor protestante. Como
muchos de los miembros de la iglesia evangélica alemana, Niemöller no vio con
disgusto el acceso de Hitler al poder en 1933, dada la fuerte oposición y temor
que muchos miembros del protestantismo alemán sentían hacia los
socialdemócratas y, por supuesto, a los comunistas. Poco a poco su actitud
hacia la tiranía nazi fue evolucionando de la aprobación a la decepción para
culminar en franca oposición.
El texto se ha citado con añadidos y
supresiones. En Estados Unidos es frecuente la omisión de la referencia a los
comunistas. Por otro lado, en alguna versiones aparece una referencia a los
católicos que parece que no estaba en la intención de Niemöller.
¿Por qué casi todo el mundo cita esta
palabras como pertenecientes a Brecht? Probablemente por la misma razón que
muchos ponen en boca de Don Quijote la expresión "con la Iglesia hemos
topado", que jamás pronunció el hidalgo manchego.
Dejando aparte la cuestión de la
autoría, el texto es en sí demoledor. Es un mensaje que recalca la superioridad
de la humanidad respecto de la tribu.
Ningún sufrimiento nos debe resultar
ajeno, por lejanos que nos podamos sentir hacia quienes en un determinado
momento sufren.