El
curso está acabado. Se habla de clases telemáticas, de seguir avanzando. Nos
piden informes, estadísticas, todo ello para hacer ver que continuamos. Yo no
sé hacer lo que me piden. No hay medios salvo que por tales se entiendan mi
ordenador, mi wifi y mi correo.
Me
obligan a dar la tabarra a unos chavales que estarán, en el mejor de los casos,
encerrados y preocupados y en el peor con algún familiar afectado por la
enfermedad. Las actividades puede que tengan sentido en algunas materias, no lo
sé. En mi caso, no tienen ninguna. No entiendo nada de estándares de
aprendizaje, y la expresión "criterios objetivos" me parece una
contradicción. Un criterio es por necesidad subjetivo, pues es un marco que
permite juzgar algo destacando qué es lo importante y lo que no, y ello será
siempre una decisión basada en fundamentos que hay que querer que sean
honestos, pero que siempre serán subjetivos.
Estamos
en abril y todavía no sabemos si las actividades que mandamos servirán para la
evaluación, o se evaluará de otra forma.
Nadie
se atreve a proponer lo más obvio: dar por terminado este maldito curso y
evaluar haciendo un balance con los datos que tenemos de aquel tiempo en que
podíamos dar clase.
En
lo que a los alumnos de Segundo de Bachillerato se refiere, sabemos que habrá
una prueba de selectividad, se han dado fechas, pero nadie ha dicho nada sobre
la materia que habrán de estudiar, pues es claro que el programa no se podrá
terminar.
En
mi opinión, según mi criterio, totalmente subjetivo, ante una situación
excepcional, a la hora de calificar, lo único que cabe es sentido común y, en
la medida de lo posible, benevolencia.
P.D.
La
presidenta de la Comunidad de Madrid se ha recuperado de la enfermedad. Me
alegro, como debe hacer toda persona bien nacida, de su recuperación.
En
cuanto al otro mal que aqueja a la presidenta, la falta de juicio, ya dijo el
viejo Kant que a la falta de juicio se la denomina sandez y ante ese mal no hay
remedio posible.