viernes, 24 de octubre de 2014

RAJOY.

Estoy dándole vueltas a la idea de que quizá Rajoy sea un genio de la política. Franco echaba a sus ministros mediante el motorista que les comunicaba su cese. Stalin hacía que sus colaboradores desaparecieran de las fotos y de paso de la existencia. De hecho, el tío José fue el inventor del fotoshop.
Don Mariano no mueve un dedo, no se inmuta, como Don Tancredo. Nada dice, nada propone, pero va dejando en la cuneta a todo aquel que pudiera tener peso y hacerle sombra. Han desaparecido personas influyentes como Francisco Álvarez Cascos, Jaime Mayor Oreja, Ruiz Gallardón y ahora Rodrigo Rato. A Aznar lo ha reducido a oráculo y guardián de las esencias, siempre enfadado, figura prestigiosa a la que nadie hace caso en el fondo.
Artur Mas puede ser la siguiente víctima.
La táctica es siempre la misma: esperar a que sus rivales se cuezan en su propia salsa. Nunca va a por el partido sino que se agazapa atrás a esperar el error, que se acaba produciendo.
No es un hombre muy culto. Tampoco creo que sea un portento de inteligencia, pero es astuto, ha hecho del no decir nada un arte.
¡ Cuidado con los hombres aparentemente poco importantes!

Puede estar años. 

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