viernes, 25 de marzo de 2016

CRUYFF.

La desaparición del Flaco, de Cruyff, supone un golpe muy fuerte para el fútbol, ese deporte noble en torno al cual giran más veces de las necesarias muchos canallas.
Hombre sin una gran envergadura física pero de una elegancia e inteligencia que pocos se atreverán a discutir, cambió la historia del fútbol tanto en su época como jugador como en la de entrenador. 

Cruyff marca su histórico gol a Reina en el Camp Nou en 1973


En esta última faceta fue más un intuitivo que un científico.
Era como esos directores de orquesta que sin necesidad de haber asistido a muchos cursos de dirección son respetados por sus músicos, sabedores de que el que empuña la batuta también supo en su día tocar el violín y por tanto sabe lo que se hace cuando indica a sus músicos cómo ejecutar un determinado pasaje.
En lo personal, para los que tenemos ya unos años y estamos, como yo, en la sub sesenta, es la desaparición de un ídolo, una despedida más de esa infancia en la que uno era capaz de tener ídolos.
Cruyff, como en su día Di Stéfano, trasciende las pasiones de los colores sin las cuales el fútbol no sería lo mismo.
Descanse en paz El Flaco.

sábado, 12 de marzo de 2016

¡ LA RELI, LA RELI!

De acuerdo con la LOMCE la religión no sólo es una asignatura de obligada oferta sino que pasa a competir con otras como puedan ser francés y filosofía, no en igualdad de condiciones sino en total ventaja.
Si en Bachillerato sólo un alumno elige francés tal materia no se podrá dar pero si la eligen cuatrocientos , la mayoría de ellos tampoco la podrá cursar por falta de disposición de profesores.
Si un solo alumno elige religión, habrá que dar satisfacción a tal alumno en aras al respeto a la libertad religiosa. Si la eligen cuatrocientos el mismo respeto a dicha libertad hará que el obispado, que es quien nombra, proporcione los profesores necesarios.
A esto hay que añadir la propaganda que ya va circulando por algunos lugares: "apúntate a reli".
En cuanto a la propaganda, la batalla en lo que a mí respecta, la doy por perdida pues una vergüenza insuperable me impide decir nada que se parezca a "apúntate a filo".
Como la timidez es rasgo mío que a estas alturas sé que no voy a superar, intentaré por lo menos reírme un poco viendo cómo otros se afanan en su labor de propaganda y proselitismo y puede que incluso les sugiera algunos lemas. Uno de ellos podría ser:
"la reli, la reli, la reli es cojonuda.
como la reli no hay ninguna",
recordando aquel cántico que en los sesenta y setenta dedicaban los aficionados de San Mamés a su gran cancerbero Iríbar.
También se podría poner:
"apúntate a religión y serás un campeón".
En fin, yo no voy a dar un paso que suponga ni por activa ni por pasiva la aceptación de las reglas de un engendro tal como la LOMCE.
Quien vaya conmigo ya sabe que no prometo ni diversión ni amenidad. Sólo ofrezco dudas e incertidumbres, las que yo mismo tengo.


miércoles, 2 de marzo de 2016

CABRONES Y AMARGADAS.

Tengo un recuerdo de mis años de estudiante de instituto que refleja el machismo dominante en el ambiente y en nuestras expresiones.
Cuando un profesor nos resultaba enojoso, ya fuera por su exigencia académica o por la excesiva disciplina que nos imponía, solíamos decir de él que era un cabrón. Si en vez de un profesor era una profesora el objeto de nuestros odios, de ella no decíamos que era una cabrona sino que estaba amargada.
Un hombre podía ser sin duda un cabrón, pero de una mujer la única explicación que podía justificar su forma de actuar era, sin discusión, la amargura que la dominaba.
Las referencias eran: "el de física es una cabrón", "la de ciencias está amargada".
Si elevábamos el grado de nuestros calificativos decíamos algo así como "el de física, el muy cabrón", y en esta forma de expresión se mezclaba tanto el temor que nos inspiraba como una cierta admiración ante su capacidad de tener a raya a unos salvajes como nosotros.
El paralelismo no se mantenía en el caso de la mujer. No decíamos "la de naturales, la muy amargada" sino que en vez de esto surgía una mucho más despectiva alusión: "la de naturales, la muy puta". Aquí no había posibilidad de ver ningún tipo de elogio.
El progreso de las costumbres ha traído entre otras novedades una mayor igualdad en lo que a dicterios se refiere, de tal manera que ya no existe la machista separación entre cabrones y amargadas, siendo tal segregación sustituida por una mucho más igualitaria ponderación en la que cabrones y cabronas compiten en igualdad de condiciones en el favor de sus jóvenes oyentes, que no admiradores.
Esta es la reflexión de un servidor, al fin y al cabo un cabrón amargado.