sábado, 8 de septiembre de 2018

FORMAS RESPETUOSAS.


Las personas de mi edad solemos recordar el respeto con que recibíamos a nuestros profesores. Un ejemplo de ello lo constituye el hecho de que cuando en el instituto el profesor entraba en el aula, nosotros (y aquí el "nosotros" es estricto puesto que los institutos eran masculinos o femeninos) nos poníamos en pie hasta que el profesor dijera "¡siéntense!".
Poco a poco, con la democratización de las costumbres del país, dejamos de ponernos en pie y permanecíamos sentados mientras el profesor entraba e iniciaba su clase.
He de decir que en lo que a mí respecta, noto cada vez un mayor respeto por parte de mis alumnos e incluso he observado que se va recuperando la costumbre de permanecer en pie, hasta tal punto que cuando entro en el aula, mis alumnos no sólo están en pie sino que no hay manera de que se sienten. Algunos, llevando al extremo sus muestras de respeto, se sitúan incluso encima de las mesas y pese a mis ruegos de que abandonen tan eminente posición, se resisten a hacerlo.
¿Quién dice que se están perdiendo las formas? Alguien mal informado, sin duda.

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