domingo, 23 de septiembre de 2018

MEDIOCRIDAD Y AUDACIA.


Se supone que lo que caracteriza a una persona dotada de genialidad es el hecho de ser capaz de realizar actos extraordinarios lejos del alcance de las personas más comunes y de menor interés.
Por ello no acabo de entender la polémica suscitada en torno a cursos, doctorados, carreras que, realizados por nuestros próceres, han movido a sospecha por parte de gentes maledicentes que afirman que hay irregularidades en lo que al esfuerzo, diligencia, asistencia regular a clase se refiere por parte de dichos padres de la Patria.
Quienes así se soliviantan no acaban de entender lo que el concepto de genialidad denota.
Que alguien con esfuerzo y tesón consiga una titulación no deja de ser una muestra de mediocridad por parte de quien así se comporta. Es un camino común, trillado y en cierto modo vulgar.
El toque está en conseguir todo lo anterior sin apenas esfuerzo. Eso sí que es digno de admiración y alabanza por cuanto supone de extraordinario.
Como ciudadano español no puedo por menos que sentirme complacido y orgulloso de contar con una tan nutrida representación de hombres y mujeres poco comunes, personas extraordinarias que lejos de dejarse llevar por la vía cómoda y fácil de la rutina, ensayan otras vías, arriesgadas y audaces, novedosas.
¿Qué camino he de aconsejar a los jóvenes?, ¿mediocridad o audacia?
Este país tiene futuro.

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