sábado, 10 de agosto de 2019

DE MESAS Y CONSTITUCIONES.


En el mes de diciembre del 2018 comenté cómo mi mesa de trabajo tenía los mismos años que la Constitución. Fue un regalo de mi abuela materna con motivo de mis 18 años. El gobierno de Adolfo Suárez declaró la mayoría de edad a los 18 en vez de los 21 hasta entonces vigentes, de tal manera que fui de los primeros en gozar de la mayoría de edad a esa edad.
Recuerdo que comenté en 2018 que al igual que mi mesa, la Constitución había ido envejeciendo y por tanto necesitaba algunos retoques.
No puedo ir mucho más allá en lo que se refiere a las vidas paralelas de la Constitución y de mi mesa. Ni soy Plutarco ni soy Alan Bullock pero debo con todo señalar algo de lo sucedido con mi mesa por si pudiera interesar a algún experto constitucional.
El hecho es que hará unos 15 días mi mesa, que aunque desvencijada, había resistido más o menos los embates del tiempo de repente....PATAPAM, cayó totalmente derruida y quedó tan arrasada como Cartago a manos de Escipión. Tendría que haberla cambiado hace un tiempo pero no lo hice y al final me quedé sin mesa. Ahora tengo una nueva, más pequeña y coqueta con la que estoy satisfecho.
En fin, que es mejor cambiar las cosas a su debido tiempo que esperar a que se nos caigan encima.
Con todo, temo que no haya políticos capaces de poner las luces largas. Ellos sabrán.

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