Proliferan
estos días en las estanterías de novedades de las librerías los libros en los
que políticos que han ocupado importantes puestos en nuestra más reciente
historia cuentan o bien sus recetas para superar la crisis o bien sus memorias.
No
me parece mal que personas que han destacado por su posición en importantes
cargos escriban. Lo que no me parece tan bien es que escriban todos a la vez,
en las mismas fechas y presenten sus libros con el mismo aparato mediático.
La
lista es larga: Aznar, Felipe González, Pedro Solbes, y no hace mucho tiempo
Alfonso Guerra y José Bono.
Hay
no obstante un par de cosas que tengo claras: todos ellos, unos en mayor
medida, otros en menor, han sido partidarios muy sensatos de una política
económica de moderación salarial. Los
que gobernaron en época de bonanza nos decían siempre a los que no tenemos más
renta que nuestro salario que este debía ser moderado pues de lo contrario la
economía podía entrar en un periodo de espiral inflacionista. Los que lo han
hecho en época de crisis nos han dicho que, dada la atonía de la actividad
económica, no era posible ofrecer salarios altos, pues ello restaba
competitividad. Unos y otros, por tanto, han coincidido en algo que, por más
vueltas que le demos, se concreta en que hay que pagar poco a la gente. Unos y
otros han disfrutado de importantes salarios, por más que se han quejado de que
de no ser por su afán de servicio, podrían haber obtenido ingresos muy
superiores en otras actividades. Unos y otros han ocupado y ocupan puestos altamente
remunerados en importantes empresas.
En
resolución: como unos y otros han contribuido a que seamos más pobres y como la
vida, en todo caso, es breve, el tiempo que me quede y el dinero de que
disponga los dedicaré a comprar libros de personas que sepan escribir y desde
luego no voy a destinar un solo céntimo de euro para engordar la renta de
personas que ya tienen su futuro más que resuelto.
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