Me
parece que los medios de comunicación se están equivocando gravemente al situar
la detención de Rodrigo Rato como noticia de impacto.
La
verdadera noticia es que yo haya sido capaz de armar, con mis solas fuerzas e
industria, una mesa de televisión.
Poca
cosa y de poco mérito parecerá a más de uno lo que a mí se me antoja como
singular proeza, dada mi anterior experiencia de luchas, peleas y fracasos en
mis intentos de montar muebles de distinto tipo y condición.
Los
dibujos que , a manera de instrucción, aparecen en los muebles para que los
mismos sean armados nunca me han resultado claros. Los envoltorios, cajas,
capas sucesivas, cartones, encubren al objeto del deseo de unas dificultades
para que el usuario acceda a él que semejan más las precauciones que los
romanos tomaban para proteger el honor de sus vírgenes vestales que el
necesario y lógico embalaje para prevenir que el mueble pueda sufrir algún
daño. De todo ello resulté triunfante y he podido dar vida a una pequeña
televisión que olvidada estaba en un rincón para usarla como segunda pantalla
de ordenador donde puedo ver con mayor claridad los videos que me interesan.
Que
un antiguo vicepresidente de economía y antiguo presidente del Fondo Monetario
Internacional robe entra dentro del curso natural de las cosas.
Que
yo haga algo que resulte eficaz y funcione sí es una auténtica noticia.
Una
noticia tiene más impacto cuanto más inverosímil es.
Por
desgracia, la corrupción es verosímil pero mi eficacia sí entra dentro de lo
increíble por inaudito.
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