En
los años más duros de la Segunda Guerra mundial Churchill se dirigió al pueblo
británico para infundir valor y afirmó que no tenía nada que ofrecer salvo
sangre, sudor y lágrimas, pero dejando bien claro a los alemanes que los
británicos no se rendirían jamás.
En
junio de 1940 el general francés Charles de Gaulle, en el momento del desastre
ante los alemanes, se negó a aceptar la derrota y afirmó que Francia había
perdido una batalla pero no había perdido la guerra.
En
2015 el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy afirmó que haría lo que tuviera que hacer y que no haría lo que no tuviera que hacer.
Los
tres eran hombres de ideas más bien conservadoras. También eran hombres de
lecturas, que se reflejaban en su oratoria. Churchill fue un apasionado lector de
los grandes historiadores británicos, como Gibbon y Macaulay. De Gaulle era un
gran conocedor de la literatura francesa. Por último, nuestro Mariano Rajoy fue
un gran lector del Marca.
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