Ante la actual situación de bloqueo
político y vista la falta de un horizonte claro de solución, con la amenazante
perspectiva de unas elecciones en el día de Navidad o en días próximos a tan
entrañables fechas se me ocurre que se podría ver en tal eventualidad una
posibilidad de solución.
Se podría aprovechar el hecho de que
en tales fechas se realiza el tradicional sorteo de lotería para recordar que
ya, desde los griegos, no era sólo la votación el sistema para otorgar cargos.
También existía la asignación de cargos por sorteo.
Mi propuesta consiste en reunir en un
solo acto el sorteo de lotería con la elección legislativa mediante sorteo.
Habría un bombo donde se pondrían las
bolas de los distintos partidos y coaliciones electorales y otro bombo donde se
depositarían las bolas indicando el número de escaños correspondiente.
Los niños de San Ildefonso, con sus
vocecitas infantiles irían extrayendo las bolas de partidos y sus
correspondientes premios.
Por ejemplo: partido A 176 escaños.
Partido B 80, y así hasta completar los 350.
El sorteo sería breve y no
entorpecería el desarrollo del esperado sorteo de lotería.
En la mesa de comprobación podría
estar Ángel María Villar, eterno presidente de la federación de fútbol, para
dar una sensación de estabilidad, el cual volvería a leer de forma solemne el
resultado: partido A 176 escaños.
El rey descansaría por fin de sus
fatigas y podría encargar al líder del partido A el intento de lograr la
investidura.
La base de todo sorteo es la suerte
y, por tanto, el ganador sería con toda seguridad Rajoy.
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