martes, 28 de noviembre de 2017

O CON LA BUTIFARRA O CONTRA LA BUTIFARRA.

La aplicación por parte del gobierno del artículo 155 de la Constitución con el fin de frenar el proceso independentista catalán y la sorprendente decisión del presidente del gobierno de convocar elecciones autonómicas para el día 21 de diciembre (sorprendente por la rapidez de la decisión en contraste con la habitual parsimonia con que se produce el caudillo de Pontevedra) ha provocado cierto desconcierto e incierto concierto en las filas de los líderes del proceso.
Una primera respuesta fue brindada por las Cup, que decidieron en un primer momento no participar en los comicios y celebrar en su lugar una paella insumisa. Como quiera que resulta difícil saber qué es una paella insumisa, la propuesta decayó y en su lugar propusieron participar en las elecciones, insumisos pero obedientes.
No faltó quien defendiera la oportunidad de realizar una gran butifarrada, pero tal propuesta hirió los sentimientos de los que a la condición de independentistas añaden la de veganos, de tal manera que las fuerzas liberadoras quedaron divididas en un sector pro butifarra y un sector anti butifarra. Ante el riesgo que tal división de fuerzas suponía frente a las huestes centralistas, se decidió aparcar tales diferencias y pensar en otros platos, descartándose la tortilla dado que esta se divide en española, hostil, y francesa, siempre jacobina y centralista.
Así hemos llegado al actual estado de la cuestión: un gazpacho de propuestas revueltas, una empanada mental y una diarrea también mental y puede que incluso real.

¿Qué se hizo de la famosa y ponderada dieta mediterránea?.

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