1) Tengo derecho a dar mi opinión.
2) Todas las opiniones son respetables.
3) Tú no vas a cambiar mi opinión ni yo la tuya.
¿Quién
metería en los cerebros de la gente estas tres tonterías?
1. A las opiniones no se tiene derecho natural, hay que
“currárselas” y la forma de hacerlo es mediante razones y argumentos.
2. No todas las opiniones son respetables ( las de
Hitler, por ejemplo, eran una porquería ).
3. Si de entrada no voy a cambiar mi opinión por más que
el otro me argumente, estamos enterrando a la razón y a la vida civilizada.
Para eso no hace falta hablar, es suficiente con registrar una estadística de
lo que cada uno piensa, cosa muy importante en sociología pero irrelevante en
el terreno del razonamiento.
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