jueves, 20 de junio de 2013

JUSTICIA HUMANA Y DIVINA.

El muy honorable Artur Mas, presidente de la Generalitat de Catalunya, ante las acusaciones de corrupción a que se ve sometido por parte del fiscal, ha dicho, como gran ocurrencia, que la palabra del fiscal no es la palabra de Dios. Con ello ha querido restarle importancia a las investigaciones del fiscal.
Parece mentira que un alto responsable político utilice semejante argumento. Está claro que la palabra del fiscal ni es ni debe ser la palabra de Dios, entre otras cosas, porque desde hace más de 200 años en Europa hemos salido de la TEOCRACIA, y con todas las limitaciones e insuficiencias que se quiera, pretendemos estar en una sociedad laica.
La justicia, al igual que las leyes políticas y las investigaciones científicas, se debe mover de acuerdo con criterios y procedimientos racionales, en constante revisión y por supuesto falibles.
Expresar como reproche que la palabra del fiscal no es la palabra de Dios denota o bien ignorancia o bien mala fe, cualidades ambas de las que está sobradamente dotado nuestro personaje.


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