La
estadística constata que si Haydn compuso 104 sinfonías ( probablemente algunas
más ), Mozart 41 ( algunas más sin enumerar ) y Beethoven nueve ( esta última
cifra cierta ), en el malhumorado y no siempre bien educado genio de Bonn se
produjo una fuerte crisis del género.
Según
los baremos de la OCDE Beethoven tuvo una muy baja productividad en relación
con sus más prolíficos antecesores. De acuerdo con la cuenta de resultados, Beethoven representa la decadencia de la
sinfonía.
Si
fuera yo capaz de hacer gráficas, inundar de números mis afirmaciones, poner
colorines, líneas, curvas y demás instrumental propio de lo que llaman análisis
objetivo de la realidad, aplicando dicho análisis a la obra de Beethoven, el
resultado sería una solemne estupidez.
Lo
malo de todo lo dicho radica en que tal estupidez es la base de gran parte de
los análisis que muchas veces se nos piden en nuestros trabajos.
Parece
que en cuanto somos capaces de contar ya hemos realizado un análisis objetivo.
Un
gran error de hoy día consiste en confundir objetivo con cuantitativo.
Los
que piensan tendrían que hablar de cosas importantes, no sólo de números.
Una
persona que saque un diez demuestra que se
sabe lo que le han preguntado pero el objetivo importante sería lograr que
una persona, además de sacar un diez, sepa, no sólo que se lo sepa. Por supuesto, hay que alabar a quien sea capaz de sacar
un diez ( yo saqué muchos, ¡ ele ! ) pero también muchos ministros fueron
números unos de sus oposiciones y ello no los dotó de especial perspicacia.
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