Ya no me acuerdo si la llegué a besar o no.
Fue todo muy rápido. Hacía calor.
Lo que sí recuerdo es que no sentí más emoción que la de pensar en el permiso que a continuación vendría.
Las banderas se inventaron para no confundirse, no para identificarse.
No me gustan mucho.
Es verdad que los sentimientos existen y me gustaría que en la bandera hubiera un tercer color, pero tampoco hago de ello el centro de mis preocupaciones.
Jamás pitaría a una bandera o a un himno.
Jamás fusilaría a quien lo hiciera.
Que nadie se enfade.
Una cartilla sanitaria vale más que cualquier bandera.
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