miércoles, 3 de junio de 2015

SOLUCIONES Y PROBLEMAS.

" Paradójicamente, para estudiar la supresión de las juntas superfluas entre las treinta que existían, en 1643 se creó una junta suplementaria para la reforma de las juntas".
He leído esto en un reciente libro llamado Felipe IV y la España de su tiempo, escrito por Alain Hugon.
 Al leer tales líneas me acordé de cómo hace unos años, en un país europeo, se decidió el gobierno a abordar el problema de la excesiva burocracia y como primera medida no dudó en crear el Ministerio de lucha contra la Burocracia, supongo que con la correspondiente dotación de personal para solventar con decisión y eficacia tan agudo problema.
La mentalidad que subyace tras esta manera de hacer frente a los problemas es la misma que la de cualquier fabricante de quitamanchas. Todo el mundo se ha manchado alguna vez mientras comía en algún restaurante para celebrar vete a saber qué acontecimiento familiar. Tras el primer enfado, pronto aparece solícito un camarero ofreciendo un quitamanchas. Una vez aplicado desaparece la mancha, quedando en su lugar la del quitamanchas.
El quitamanchas, o creacercos, ha cumplido su misión.
Hace años escuché al poeta Panero desde el hospital donde estaba ingresado quejarse de que las enfermeras le daban todas las noches la pastilla para ayudarle a dormir, para lo cual sistemáticamente lo despertaban cuando se encontraba en profundo sueño.
¿Que había treinta juntas ? Creamos otra para su supresión: el resultado será de 31 juntas.
¿ Que hay mucha burocracia ? El nuevo ministerio para la supresión de la misma se encargará de acrecentarla.
¿ Que tenemos una mancha ? El quitamanchas la hará desaparecer y nos creará un cerco, que siempre es peor, pues no sólo es una nueva mancha sino además un chivato visible de que hemos tenido otra, es decir, una acusación de torpeza.
A veces pienso que las soluciones son las que crean los problemas.

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