La
moda que últimamente está causando furor es la del "reto del
maniquí". Consiste en grabar a un grupo que permanece inmóvil, como si de
un conjunto escultórico se tratara.
No
sé si se trata de un homenaje que el cine rinde a la fotografía, como si la cinemática
se pusiera al servicio de la estática.
El
fenómeno no deja de tener su interés, pues la eficacia del cine radica en la
ilusión de movimiento generada por la rápida sucesión de imágenes estáticas. La
suma de momentos estáticos nos hace
creer en el espectáculo de un continuo de movimiento cuando el único hecho real
es una sucesión de imágenes fijas, separadas, discretas.
En
el "reto del maniquí" también se juega con una ilusión, pues la
rápida sucesión de imágenes en las que los protagonistas permanecen en la misma
posición nos hace creer en la permanencia de la misma imagen cuando en realidad
también hay en este caso una sucesión de imágenes discretas.
No
sé lo que la moda presente dará de sí. En todo caso, poco me puede impresionar
pues siempre tuve la habilidad de poder permanecer muchos minutos inmóvil, sin
apenas pestañear.
Antes
de que se pusiera de moda esta práctica, yo era capaz de ejecutarla con
eficacia.
Hace
años, siendo yo bastante jovencito, fui a visitar el Museo de cera de Madrid.
Había allí representadas en cera figuras destacadas de la época y artistas
conocidos por sus méritos, aunque ya no fueran populares para la mayoría del
público. Recuerdo cómo al llegar a una estancia en la que en ese momento no
había nadie me llamó la atención la figura en cera del gran cellista Casals.
Allí estaba nuestro hombre, con su cello, la partitura, un batín y una pipa en
sus labios, postura habitual del genial artista cuando practicaba en su casa.
Como no había público, decidí hacer de tal, me coloqué frente al artista como
si fuera parte del grupo de cera, representando a un embelesado oyente, a la
espera de que alguien más entrara en la estancia. Por fin, apareció una chica
que se puso a observar tanto al cellista como a mí, creyéndome parte del grupo.
En ese justo momento decidí girarme de forma brusca. La chica dio un grito de
horror y salió huyendo despavorida.
Poco
me puede impresionar la moda del reto, como se comprenderá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario