jueves, 27 de noviembre de 2014

EL FUTURO DEL PEQUEÑO NICOLÁS.

Un joven de 20 años con cara de pánfilo ha conseguido crear desconcierto y nerviosismo en instituciones importantes del Estado.
Ha logrado, con sus dotes de persuasión estafar a algún empresario, se ha hecho con el teléfono del rey Juan Carlos y ha pretendido hacer creer que su concurso era necesario para resolver “lo de Cataluña”.



El joven tiene cara de pánfilo pero ha sido necesario el concurso de muchos pánfilos no tan jóvenes para que haya cosechado tal cantidad de hazañas.
A más de uno la vergüenza que sin duda debe de sentir le hará guardar silencio y como consecuencia, se alimentará la especulación y se agigantará la figura de quien no es más que un globo inconsistente.
Ya que ha dimitido la ministra de sanidad, no sería mala idea encomendarle a nuestro joven estratega el cargo vacante para, de ese modo, garantizar el nivel de eficacia con que dicho cargo ha sido desempeñado hasta ahora. La calidad de la gestión sería similar pero a su vez la capacidad oratoria y comunicativa mejoraría de manera palpable.
Continuidad en la gestión, mejora en la comunicación y relevo generacional, tres objetivos importantes que con un tal nombramiento se obtendrían.
A la ya conocida sagacidad del Presidente no le podrá pasar desapercibida esta oportunidad que se le presenta de otorgar un nombramiento a la altura del nivel en el que estamos. Si a ello añadimos su conocido gusto por afrontar las dificultades y tomar decisiones, se puede dar ya por hecho el paso.
¡Ánimo, Presidente!


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