Un joven de 20 años con cara de pánfilo ha conseguido
crear desconcierto y nerviosismo en instituciones importantes del Estado.
Ha logrado, con sus dotes de persuasión estafar a
algún empresario, se ha hecho con el teléfono del rey Juan Carlos y ha pretendido
hacer creer que su concurso era necesario para resolver “lo de Cataluña”.
El joven tiene cara de pánfilo pero ha sido
necesario el concurso de muchos pánfilos no tan jóvenes para que haya cosechado
tal cantidad de hazañas.
A más de uno la vergüenza que sin duda debe de
sentir le hará guardar silencio y como consecuencia, se alimentará la
especulación y se agigantará la figura de quien no es más que un globo
inconsistente.
Ya que ha dimitido la ministra de sanidad, no sería
mala idea encomendarle a nuestro joven estratega el cargo vacante para, de ese
modo, garantizar el nivel de eficacia con que dicho cargo ha sido desempeñado
hasta ahora. La calidad de la gestión sería similar pero a su vez la capacidad
oratoria y comunicativa mejoraría de manera palpable.
Continuidad en la gestión, mejora en la comunicación
y relevo generacional, tres objetivos importantes que con un tal nombramiento
se obtendrían.
A la ya conocida sagacidad del Presidente no le
podrá pasar desapercibida esta oportunidad que se le presenta de otorgar un
nombramiento a la altura del nivel en el que estamos. Si a ello añadimos su
conocido gusto por afrontar las dificultades y tomar decisiones, se puede dar
ya por hecho el paso.
¡Ánimo, Presidente!
No hay comentarios:
Publicar un comentario