martes, 18 de diciembre de 2018

UNA INTERINA.


Aparecen por los institutos para cubrir la ausencia de algún compañero que o por enfermedad o por algún otro asunto no puede acudir a clase. Son los interinos. A veces vienen por poco tiempo. En ocasiones, cuando se trata de ocupar una plaza vacante que no está dotada o bien una plaza de jubilado no cubierta permanecen un curso entero. Sin ellos el trabajo de los institutos no podría salir adelante. El agradecimiento no suele formar parte de su reconocimiento. Un buen día nos enteramos de que ya no vendrán más.
En años anteriores solían ser despedidos justo antes de las vacaciones para así no tener que pagarles las mismas.
Muchas veces vienen con ganas, con ilusión, con energía. Esas mismas ganas, ilusión y energía que tuve yo alguna vez y que ya no tengo.
Ahora una joven interina ha sido noticia desgraciada como víctima de un brutal asesinato. La joven había acudido a Nerva desde Zamora para cumplir una sustitución. La sinrazón y brutalidad de una bestia humana ha acabado con la vida de alguien que se iniciaba en lo que, pese a todo, sigue siendo la profesión más bonita del mundo.
Por lo poco que sabemos, se puede decir que se trataba de una joven llena de ideas, imaginativa.
La enseñanza ha perdido sin duda a una gran profesora. Su familia, su novio, qué decir.
¿Hasta cuándo vamos a asistir a hechos de este tipo? Supongo que esta desgracia será ocasión para que algunos programas incrementen su audiencia o alguien busque culpas donde sea o como sea.
De no haberse cruzado un criminal en su camino habría acabado su sustitución y puede que nadie se lo hubiera agradecido.
Nunca fui interino. Tiene que ser muy difícil hacerse con grupos a mitad de curso, gentes que saben que vas a estar de paso y que puede que por ello no te tomen muy en serio.
¡Descanse en paz nuestra compañera!.


domingo, 2 de diciembre de 2018

DICIEMBRE.

Llega el mes de diciembre y con él los preparativos de la Navidad. También con la llegada del último mes del año se da ocasión para  que quien más, quien menos, haga el casi obligado balance de lo que ha traído consigo el año que acaba.
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Realmente el verdadero año en la mayoría de trabajos se inicia en el mes de septiembre. Así es en el ámbito judicial, en el escolar y universitario y en tantas otras labores en las que el año solar queda sustituido por el ejercicio vigente.
Con la llegada de la Navidad se inicia también un tiempo en el que es difícil hallar a alguien a quien guste una fiesta de la que todo el mundo participa a la vez que detesta.
Es difícil dar con alguien que afirme que le gustan estas fiestas. Más fácil es encontrar a quien le disgusta e incluso no faltan quienes dicen odiar la Navidad.
No me encuentro yo en el número de los que participan del casi obligatorio disgusto ante estas fiestas. Siempre me gustó la Navidad, adorno con ilusión mi casa y celebro a mi manera estas fiestas.
Me hago cargo de todo lo que de agobiante, excesivo, comercial lleva consigo la Navidad pero para mí el carácter entrañable de la celebración sigue presente. Bien es cierto que yo he ido construyendo al cabo de los años mi propia Navidad.
Para mí, el sentido intimista de la fiesta prima sobre el carácter más exterior y ruidoso con que muchas veces es vivida.
El ruido constante con el que en cualquier lugar somos obsequiados encuentra desde luego en la Navidad ocasión propicia para manifestarse en toda su plenitud de prepotencia y estupidez. Petardos, fuegos artificiales, músicas comerciales llamando a consumir, beber, comer sin tasa son desde luego elementos que no ayudan a amar estas fiestas. No obstante, he conseguido sustituir el ruido presente por la memoria de un tiempo ya ausente pero no por ello menos auténtico en el que la Navidad suponía reencuentro feliz y descanso de las fatigas escolares y laborales.
La llegada de este tiempo es para mí ocasión de reencuentro con unas músicas siempre queridas. Dos obras en particular son oídas por mí en estas fechas con preferencia a otras: el Oratorio de Navidad de Bach y El Mesías de Handel. Cada una de ellas con su propio carácter, más intimista y ligada al culto luterano el oratorio de Bach, más extrovertida y efectista la partitura de Handel.

Las grandes celebraciones de Navidad son más bien fiestas de vísperas: Nochebuena, Nochevieja, noche de reyes. Los días festivos propiamente dichos son más ocasión para comidas no siempre deseadas por parte de los adultos y para reparación de excesos por parte de los más jóvenes.
El espíritu de jolgorio y ruido de la época ha impregnado a casi todas las fiestas, de tal manera que la Nochebuena es celebrada casi como si fuera una Nochevieja. Por mi parte, pasados ya los tiempos en los que la Nochevieja era una noche excepcional, me decanto cada vez más por un sentido intimista de la Navidad, de tal manera que en el fondo tiendo a hacer de la Nochevieja una Nochebuena.
El propio carácter ritual de estas fiestas, con su inicio en el canto adormecedor de los niños de San Ildefonso, el discurso del rey, las campanadas, la cabalgata, tiñe a estas fiestas de un extraño carácter, como de tiempo suspendido, pero que en su etérea intemporalidad permite a su vez recordar con intensidad ese otro tiempo, el inexorable, hablando con su terrible silencio de las ausencias siempre presentes en estas fechas. Ello me provoca más tristeza que angustia, pero no me hace odiar la Navidad.
No, definitivamente no odio estas fiestas. ¡Qué le vamos a hacer!


domingo, 4 de noviembre de 2018

EXPERTOS EN LEYES.


Y de repente todo el mundo se convirtió, en aquel país poco dado al estudio paciente y concienzudo, en experto en derecho penal y constitucional.
Agudas reflexiones acerca de la distinción entre sedición, rebelión y protesta tumultuaria llenaban horas y horas en los programas dedicados al debate (es un decir) de ideas (es otro decir).
Las mismas personas que, en otras ocasiones, se habían mostrado expertas en aspectos como el cambio climático y las energías renovables, mostraron un sorprendente conocimiento sobre las más intrincadas cuestiones de la ley.
Sedicentes progresistas se remontaban a la Edad Media para defender unas libertades perdidas en algún momento de la Modernidad.
Desde el lado contrario, jóvenes descarados, sin complejos, criticaban por golpistas a los primeros siendo a su vez incapaces de condenar el más trágico de los golpes habido en un país no escaso de ellos. Los mismos jóvenes que, no sé si sin complejos o con complejos, no han leído un libro en su vida.
Mientras tanto, la convivencia se envenenaba sin remedio y un griterío de gente faltona echaba de la discusión a toda persona que no tuviera el rasgo moderno del grito y estuviera anclada en la anticuada idea de que los argumentos debieran ser el músculo de toda discusión.
A uno, que no le gusta que le pasen lista para ver dónde se encuadra, hace tiempo que se le quitaron las ganas de participar en la discusión y su única aspiración se reduce hoy día a desear que no acabemos todos dándonos trastazos para acabar volviendo a la casilla de salida.


domingo, 21 de octubre de 2018

POLÉMICA ESTÚPIDA.


El nivel educativo de los niños andaluces no es inferior al de resto de niños españoles.
Su nivel es similar.
Ahí está lo malo.

martes, 16 de octubre de 2018

DE MEDALLAS Y RECOMPENSAS.


Ayer me comunicó el director de mi centro que, dado que en estos momentos soy el profesor de mayor antigüedad en el cuerpo, debo formar parte de la mesa de votación de las próximas elecciones sindicales.
Privilegios de la antigüedad y privilegios de la vejez, supongo. También me dijo el director que la Dirección de Área de Educación ha dejado de conceder unas medallas que antes se otorgaban a los profesores que habían superado los 30 años de servicio, como es mi caso.
La medalla no tenía gran valor material pero lo que más me ha enojado es la razón que da la Dirección de Área: falta de presupuesto.
En lo personal no me afecta ni mucho ni poco pues nadie es buen juez de sí mismo y puede que en mi caso particular no me haya hecho acreedor a merecer medalla alguna. Lo que me irrita es el lado institucional del asunto, el poco aprecio que merecemos los que, mal que bien, intentamos desarrollar una labor, ante quienes están en los despachos.
Resumiendo conceptos: que se metan la medalla por donde les quepa.

domingo, 23 de septiembre de 2018

MEDIOCRIDAD Y AUDACIA.


Se supone que lo que caracteriza a una persona dotada de genialidad es el hecho de ser capaz de realizar actos extraordinarios lejos del alcance de las personas más comunes y de menor interés.
Por ello no acabo de entender la polémica suscitada en torno a cursos, doctorados, carreras que, realizados por nuestros próceres, han movido a sospecha por parte de gentes maledicentes que afirman que hay irregularidades en lo que al esfuerzo, diligencia, asistencia regular a clase se refiere por parte de dichos padres de la Patria.
Quienes así se soliviantan no acaban de entender lo que el concepto de genialidad denota.
Que alguien con esfuerzo y tesón consiga una titulación no deja de ser una muestra de mediocridad por parte de quien así se comporta. Es un camino común, trillado y en cierto modo vulgar.
El toque está en conseguir todo lo anterior sin apenas esfuerzo. Eso sí que es digno de admiración y alabanza por cuanto supone de extraordinario.
Como ciudadano español no puedo por menos que sentirme complacido y orgulloso de contar con una tan nutrida representación de hombres y mujeres poco comunes, personas extraordinarias que lejos de dejarse llevar por la vía cómoda y fácil de la rutina, ensayan otras vías, arriesgadas y audaces, novedosas.
¿Qué camino he de aconsejar a los jóvenes?, ¿mediocridad o audacia?
Este país tiene futuro.

sábado, 8 de septiembre de 2018

FORMAS RESPETUOSAS.


Las personas de mi edad solemos recordar el respeto con que recibíamos a nuestros profesores. Un ejemplo de ello lo constituye el hecho de que cuando en el instituto el profesor entraba en el aula, nosotros (y aquí el "nosotros" es estricto puesto que los institutos eran masculinos o femeninos) nos poníamos en pie hasta que el profesor dijera "¡siéntense!".
Poco a poco, con la democratización de las costumbres del país, dejamos de ponernos en pie y permanecíamos sentados mientras el profesor entraba e iniciaba su clase.
He de decir que en lo que a mí respecta, noto cada vez un mayor respeto por parte de mis alumnos e incluso he observado que se va recuperando la costumbre de permanecer en pie, hasta tal punto que cuando entro en el aula, mis alumnos no sólo están en pie sino que no hay manera de que se sienten. Algunos, llevando al extremo sus muestras de respeto, se sitúan incluso encima de las mesas y pese a mis ruegos de que abandonen tan eminente posición, se resisten a hacerlo.
¿Quién dice que se están perdiendo las formas? Alguien mal informado, sin duda.

jueves, 23 de agosto de 2018

DE VIEJAS RADIOS Y TRASTOS.


Tienen los viejos y ya inútiles aparatos domésticos una peculiar belleza como resultado de su liberación de la finalidad a la que, tanto en diseño como en su mecanismo estaban destinados.
Una vez cumplido su fin, acabada su vida útil, pasan a ser de simples utensilios a muebles, y admiramos en ellos más lo peculiar de su diseño que su eficacia, ya agotada.
Entre dichos aparatos siempre me llamaron la atención las viejas radios. Con suficiente edad como para poder recordarlas antes de la definitiva irrupción del transistor, me llamaba en especial la atención su contundente presencia diseñada para ocupar un lugar preferente en el salón antes de que el televisor, más voluminoso entonces pero más vulgar en su aspecto, se adueñara del principal rincón de cualquier salón.
La radio, no poseída por todo el mundo y escuchada en muchas ocasiones de forma comunitaria, fue durante muchos años, el medio de comunicación más importante. Reflejo de su época, en estos aparatos se transmitía de manera regular la información a través del diario hablado de Radio Nacional de España. También ocupaba el centro de la programación un sinnúmero de radionovelas y consultorios femeninos.
Recientemente, con motivo de una limpieza de cajones para deshacerme de papeles ya caducados y objetos inservibles, he recuperado una vieja radio que apareció por la casa de mi madre en Córdoba allá por los años cincuenta. Todavía se enciende, eso sí, con el uso de un alternador pues sigue utilizando la vieja corriente de 125. La he colocado en lugar preferente en mi estudio. Ahí luce, señorial e inútil, aristocrática en suma.
El dial promete escuchar emisoras de Burdeos, Lyon, París, Londres, Barcelona, Madrid, Bruselas, Estrasburgo, Budapest,  Florencia...aunque en aquellos aparatos lo único que se podía escuchar era la emisora local.
Siempre me excitó la imaginación el recorrido a través del dial por el nombre de esas ciudades, por más que la experiencia cotidiana desmintiera la promesa que en esos nombres se encontraba inscrita.
No me atrevería nunca a calificar como mendaz la aparición del nombre de esas variopintas ciudades ya que si bien la realidad desmentía siempre la indicación del dial, otra realidad menos tangible pero no menos real se mostraba: la de la capacidad de sugestión y de incitación a la imaginación que la radio tenía, capacidad que la televisión, con la contundencia de la imagen, nunca pudo superar.
La belleza de un objeto puede ser pretendida, cuando este es el fin directo de la producción, pero puede ser también la consecuencia no pretendida por el productor pero sí surgida de la pérdida de la utilidad a la que el objeto estaba destinado en su planteamiento inicial. La caducidad de un utensilio lo hace por definición inútil pero precisamente por ello resalta rasgos que en su vida útil quedaban ocultos ante la finalidad inmediata para la que estaba pensado.
El lugar que ahora ocupa mi vieja radio no hará que sirva para transmitir la actualidad pero sí que servirá como recuerdo de su importante preponderancia en una época en la que se constituyó en la más importante ventana al mundo para muchas familias. Una ventana que al no ser visual forzaba necesariamente al ejercicio de una imaginación que no sé si hoy por hoy está embotada ante la profusión instantánea de todo tipo de imágenes.


martes, 7 de agosto de 2018

BILINGÜISMO EN LAS AULAS.


Hace ya unos cuantos años me comentaba un compañero que una amiga inglesa que hablaba el español con soltura entendía sin la menor dificultad los giros de cualquier conversación con una excepción: no había manera de hacerle comprender el significado de la expresión "que si quieres arroz, Catalina". Cada vez que alguien recurría a esa frase hecha, la inglesa no hacía más que preguntar si a esa Catalina le gustaba mucho el arroz, o tenía hambre o qué era lo que le hacía demandar constantemente tal alimento.
No quiero pensar lo que la amiga inglesa habría pensado de oír expresiones tales como "lagarto, lagarto" u otras similares.
Viene esto a cuenta del empeño que desde hace años muestran las autoridades educativas por imponer el llamado bilingüismo en las aulas. La idea es fácil de vender a los padres: el uso del inglés en las aulas como primera lengua hará que los alumnos aprendan el segundo idioma con facilidad. Para ello se recurre a habilitar a profesores españoles para que den su materia en inglés.
No dudo yo de la competencia en tal lengua de quienes en ella se habilitan pero la competencia en un idioma no hace a nadie auténticamente bilingüe. El bilingüismo puro es un fenómeno no habitual. Un buen dominio del inglés capacita para quien lo posee a dar una buena conferencia, pero no una clase.
En una clase, y más si se trata de una materia humanística, es fundamental el juego con las palabras.
Dicho de otra forma: la verdadera lengua es aquella en la que se insulta.
Hay que dar clase en la lengua con la que se insulta. Otra cosa no es más que puro engaño, embeleco.

jueves, 2 de agosto de 2018

EL QUE MANDA Y EL QUE OBEDECE.


La fotografía está tomada el 21 de marzo de 1933. Corresponde a la inauguración del Reichstag, celebrada en la iglesia de la guarnición de Potsdam.



El canciller recibe al Presidente del Reich. El antiguo soldado viste una muy burguesa levita y se adelanta para saludar al viejo mariscal de campo.
La sensación que se obtiene, si no supiésemos ya de sobra el final de la historia, es la de sumisión del despectivamente llamado "cabo bohemio" hacia el viejo militar que así lo denominaba en sus círculos de confianza.
Hitler da la mano al presidente Hindenburg mientras efectúa una inclinación de cabeza en señal de respeto. El contraste entre la apariencia de gris funcionario del canciller y la imponente planta estatuaria del presidente no puede ser más llamativo. Si sólo supiésemos de estos dos personajes por esta instantánea deberíamos concluir que la persona de la izquierda claramente obedece y la de la derecha manda.
La fotografía y la ceremonia en sí son totalmente engañosas en lo que representan. En aquel momento el canciller se estaba apoderando apresuradamente de todos los resortes de mando en representación de lo que se creía una nueva Alemania y el presidente, un anciano, había quedado reducido a un símbolo que lo unía más a la desaparecida Alemania imperial que al nuevo orden que entonces estaba dando sus primeros pasos.
La fotografía es una obra maestra de la propaganda. Hitler adopta, por una vez, de forma deliberada, el aspecto de un político civil joven que se inclina ante el prestigio militar. Se trataba de buscar una imagen que estableciera una unión entre el nuevo sistema y las viejas tradiciones.
Posteriormente, en el interior de la iglesia el mariscal dirigió un saludo hacia el palco vacío del kaiser. Extraña república aquella en la que su presidente rendía honores a un jefe de estado ya desposeído.
Poco más de un año después el anciano presidente fallecía y Hitler incorporaba sus funciones de jefe de estado a las que ya ejercía como canciller.
El atuendo de civil fue desapareciendo de su vestuario y con él el disimulo del que esta instantánea es un ejemplo supremo.


miércoles, 25 de julio de 2018

¡SIN COMPLEJOS!


"¡Hay que llamar a las cosas por su nombre!" dicen los que piensan que el único nombre apropiado es el que ellos deciden que tienen que tener las cosas.
Suelen ser los mismos que dicen "al pan,pan; al vino,vino",como si no hubiera muchos tipos de pan y de vino.
Gentes que presumen de ir por la vida "sin complejos", como si complejos y miedos no formaran parte de toda existencia.
Por otra parte, si realmente no tienen complejos, ¿por qué lo dicen?.

miércoles, 18 de julio de 2018

TREINTA AÑOS DE PROFESOR EN LA ENSEÑANZA PÚBLICA.


Treinta años se cumplen hoy desde que aprobara las oposiciones al que entonces se llamaba Cuerpo de profesores agregados de Bachillerato. Treinta años como profesor de instituto, en suma.
Todo ha cambiado desde entonces. En aquella época yo era rubio y ahora ya no.
Ya empezaban a dar la tabarra con las nuevas tecnologías, que hacían furor, en especial, ¡el video!.
En los claustros existía la posibilidad de intervenir, de hablar.
Perico Delgado tenía pendiente a todo el país con sus éxitos, que le llevaron a ganar un Tour tras quince años desde que el último español, Luis Ocaña, lo consiguiera.
Que hayan transcurrido treinta años sin que ninguna autoridad haya detectado mi inutilidad nos muestra que, pese a lo que se suele decir, España es un país que da muchas oportunidades. Si no, que se lo pregunten a los borbones.
Muchas gracias a todos los que, en estos años, han hecho posible mi labor, a los que me aprecian y me quieren.
Los que no me aprecian ni me quieren, que se jodan y se vayan a tomar por culo.

domingo, 24 de junio de 2018

PODEROSOS VENIDOS A MENOS.


Escuchando recientemente al ex ministro García Margallo le oí una anécdota referida a otro ex ministro. Según relataba García Margallo, este antiguo ministro le contó que la primera vez que montó en un coche tras quedar cesante su primera intención fue la de sentarse en la parte de atrás del vehículo hasta que comprendió que si no se sentaba delante y al volante, el coche no arrancaría de ninguna de las maneras.
Hace ya bastantes años, en el transcurso de una entrevista al antiguo presidente de Costa Rica Daniel Odúber, preguntado acerca de si se sentía mejor tras abandonar tan alta responsabilidad este respondió que, por el contrario, se sentía frustrado pues todo su organismo se había adaptado al hecho de que toda orden emitida y todo deseo manifestado fueran inmediatamente atendidos por el personal a su servicio.
Supongo que las anteriores impresiones sólo son posibles en personas que han ejercido en verdad cargos donde la autoridad se da por supuesta.
Es cierto que el ejercicio del poder acarrea un desgaste para quien lo ejerce, pero también su pérdida debe de suponer un momentáneo desconcierto.
Giulio Andreotti, que de asuntos del poder sabía bastante, solía afirmar que lo que desgasta no es el ejercicio del poder sino la oposición.
En mi caso nunca he ejercido ningún poder. Como profesor más bien lo que he experimentado es la ausencia de todo poder. A lo que mi organismo está acostumbrado es a que emitida una orden por mí, esta sea discutida, criticada o ignorada. Si en alguna ocasión soy obedecido quedo tan sorprendido que en lugar de satisfecho me siento aturdido.
Hace unos años, viendo que unas alumnas se dirigían a la cafetería en horas en que no tenían permitido el acceso a la misma les dije: no se puede acudir a la cafetería en hora de clase. En lugar de discutir lo que yo les indicaba obedecieron y dieron media vuelta.
Todavía no me he recuperado del susto.

sábado, 9 de junio de 2018

AMARGURA INFANTIL Y JUVENIL.


El viejo profesor entra en el aula. Una niña de doce o trece años empieza a reírse de una forma extraña. Más que risas parecen gritos. El profesor espera, mientras se embarca en la difícil travesía de encontrar las notas finales en el nuevo e inservible programa informático para dar cuenta a sus alumnos de cuáles son sus calificaciones. Mientras, las risas de la alumna prosiguen, cada vez más intensas, claramente dirigidas a provocar en el profesor un enfado que justifique a su vez el poco aprecio de la alumna hacia él (inversión neurótica de la causalidad por la cual se busca una mala respuesta que justifique una mala actitud previa).
Finalmente, al cabo de los siete minutos que se necesitan en el nuevo programa para encontrar calificaciones, el viejo profesor cree llegado el caso de reconvenir a su joven alumna, que no discípula, en los siguientes términos:
¿Quieres hacer el favor de dejar de reírte de una manera tan absurda?, a lo que la joven responde: me río como me sale y como me da la gana.
El profesor responde a su vez que no le da la gana de que esta alumna permanezca en el aula ni un segundo más.
Hechas las oportunas gestiones, no volverá a asistir más a su clase.
Cuando la chica tenga setenta años a lo mejor cambia y se muestra más agradable.

sábado, 12 de mayo de 2018

DISCURSO DE GRADUACIÓN 2018.


Un año más tengo el honor de dedicar unas palabras a los alumnos que hoy se gradúan como bachilleres. Siempre es para mí grato este momento en que imparto en cierto modo la última lección que vais a recibir.
Hoy, en esta ceremonia no estamos todos, falta alguien. Un trágico accidente hizo que vuestra compañera Alejandra nos dejara antes de tiempo y puso ante nuestros ojos lo absurdo, lo inexplicable que la vida tiene a veces con su esencial fragilidad. Vaya nuestro recuerdo más sentido hacia ella.
No todos os incorporasteis al instituto desde un principio. Algunos lo hicisteis en primero de Bachillerato, procedentes de otros centros. Los hay que se incorporaron este mismo curso. Para todos van dedicadas mis palabras, y el hecho de que , sea cual sea el momento de vuestra incorporación ello no haya sido obstáculo para vuestra integración es una muestra de que este es un centro donde la convivencia es grata y un alumno se siente acogido ya haya sido alumno del centro desde un principio, ya se haya incorporado más tarde.
Algunos me habéis tenido como profesor más de una vez. Otros, por el contrario, nunca me tuvieron como su profesor. Unos y otros podéis sacar una conclusión positiva de esta circunstancia. Los que nunca me tuvieron como profesor pueden meditar sobre el hecho de que en este mundo no todo es negativo, se da también la buena fortuna y la suerte. Los que sí habéis sido mis alumnos podéis pensar que si, a pesar de haber sido vuestro profesor, habéis podido salir adelante, no habéis perdido el deseo de estudiar y vuestro cerebro no ha quedado dañado, podréis lograr lo que os propongáis en un futuro.
Es esta ocasión en la que vienen a mí recuerdos de estos seis años en que la mayor parte de vosotros habéis permanecido como alumnos de nuestro centro. Lo cierto, con todo, es que a la mayoría os conocí a una edad muy temprana, siendo unos niños, en segundo de la ESO, dando la asignatura de Ciudadanía.
Recuerdo aún la voz nueva, aguda y chillona de alguno de mis alumnos antes de que, con la edad, se tornara en una voz grave y bien timbrada. También recuerdo a un niño inquieto que leía siempre en un libro electrónico mientras yo desarrollaba mi explicación. Mi obligación era llamarle la atención, y así lo hacía, pero en el fondo me alegraba de que alguien quisiera leer, por más que lo hiciera en momento no oportuno. Si en esas lecturas sacó más provecho del que pudiera obtener de mis palabras, bienvenida sea su desobediencia.
También recuerdo a una niña que discutía todo lo que yo proponía y que nunca estaba conforme. A veces tenía la sensación de estar ante una futura fiscal. A otro niño le hacía gracia, no sé por qué, la palabra "casuística", empleada por mí para evitar que los debates se centraran en asuntos excesivamente particulares. Repetía la palabra como si de un sortilegio se tratara. Hubo un alumno que durante un año entero en segundo de la Eso fue para mí un simple nombre en la lista pues nunca estaba presente. Al año siguiente se incorporó con regularidad y me proporcionó una experiencia no frecuente en mi labor como profesor: ¡me escuchaba con atención!.
Habéis cursado todo tipo de asignaturas y os las han impartido profesores de muy distinta personalidad. En física os habrá dado clase Marga, siempre corriendo de una parte a otra, despidiéndose en el segundo piso, bajando por una escalera para, acto seguido verla aparecer subiendo por la otra escalera, con gesto de estar a punto de perder el AVE o de que le cerraran el vuelo.
 Ahí tenéis al departamento de Historia, con sus "chicos de la motocicleta": Arturo y Alfredo. Arturo, poniendo todo su empeño en desentrañar los misterios de la Historia del Arte. Alfredo, con esas preguntas de examen tan raras, rebuscadas, complicadas en su redacción, yendo a sorprender claramente, del estilo de la Segunda República, la Segunda Guerra Mundial, la dictadura de Primo de Rivera, el Sexenio Democrático, en fin, cosas que todo el mundo sabe que no se encuentran con facilidad en los epígrafes del  libro.
Todos habéis cursado filosofía. Aquí me he encontrado con frecuencia con alumnos apasionados e interesados en hacerme todo tipo de preguntas, aunque tales preguntas se podrían resumir básicamente en dos: "para qué sirve" y "¿a qué hora acaba esta clase?".
Cuando entro en el aula y veo la pizarra escrita puedo adivinar con facilidad qué profesor ha impartido clase  con anterioridad. Si aparecen los nombres de Kornilov, Kerensky o Lenin es Pablo quien ahí ha estado luchando por desentrañar las vicisitudes y complicaciones de la Revolución Rusa.  Si veo fórmulas extrañas alguno de los muchos de matemáticas.
A veces veo frases como "Pablito invitó a café a María". Bueno es saberlo, me digo, pero tras leer tan interesante información leo también conceptos como morfema, lexema, sintagma, un día seguros para mí pero con el transcurso de los años, ya un poco olvidados.
De mis clases procuro no dejar nada escrito en la pizarra. Siempre he tenido claro que no conviene dejar rastros del crimen.
Esas huellas en el encerado también me llevan a comprender con facilidad  que hoy por hoy más de uno de mis colegas me suspendería con toda claridad.
Habéis hecho amistades. Han surgido noviazgos. Algunos, especialmente los alumnos de sección, os conocéis desde vuestra primera infancia. Hoy vuestros caminos se separan inevitablemente. Algunas amistades se conservarán. En otros casos, las urgencias de la vida cotidiana os irán separando.
También se acaba vuestra relación con el centro. De vez en cuando vendréis para realizar alguna gestión o puede que para visitarnos pero poco a poco vuestras visitas se irán espaciando hasta que un día os deis cuenta de que ya no podréis volver al centro. Permanecerá el edificio pero ya no habrá ningún compañero al que visitar, algunos profesores, los más viejos, ya no estaremos. Otros se habrán trasladado. Un centro no es sólo el edificio, es un recuerdo, un ambiente, unas situaciones. Nada hay que venza el paso inexorable del tiempo. Todo es caduco y perecedero.
Pero hay otra forma de volver al centro: echar la vista atrás, recordar vivencias. El recuerdo suele ser benévolo y suele tener más presente los buenos momentos que aquellos de dificultad.
Cuando alguna vez echéis la vista atrás, quiero creer que vuestra memoria guardará un recuerdo grato de estos años.
También puede que algo bueno recordéis de nosotros.
Tenemos defectos, como es inevitable dada la humana condición, pero alguna virtud puede que veáis en nosotros.
En mi caso, un temperamento a veces volcánico me ha hecho daño. No voy a justificar lo que no deja de ser una deficiencia en mi manera de ser pero, con todo, si bien mis estallidos son tormentosos, no son duraderos y, aunque no recomendables, por lo menos son expresión de que no hay en mí indiferencia hacia lo que no considero correcto.
Los seis años anteriores, tanto por parte de los que los habéis cursado en el centro como por parte de los que os incorporasteis más tarde son años que os marcarán para siempre. Cursáis muchas materias. A veces no le veis sentido a muchas de ellas, pero es necesario que exista una etapa de estudio previa a la especialización profesional, que sólo se puede dar en los estudios superiores.
Las materias son muchas, sin duda, en comparación con lo que uno va a hacer de su vocación y de su profesión, pero ello es necesario si no queremos que el resultado de los estudios sea la formación de especialistas en una materia que sean ignorantes de todo aquello que no tenga que ver con sus intereses inmediatos. Ciertamente a una persona no le pueden interesar con la misma intensidad todos las ámbitos del saber. Esto nos pasa a todos, pero es necesario tener una mínima noción de todos ellos. Muchas de las cosas aprendidas las olvidaréis pero ello no debe confundirnos y llevarnos a pensar que no ha servido de nada lo aprendido. Hay una diferencia abismal entre no saber y haber olvidado. Si nada sabemos nada tendremos que olvidar pero nuestra mente es más rica si no recuerda que si no sabe.
Ahora también vais a dar comienzo a vuestra vida como ciudadanos activos. No son buenos los ejemplos que algunos de quienes dirigen la vida pública nos dan, pero de esos malos ejemplos también debéis extraer buenas conclusiones y no dejaros llevar por una indiferencia que lejos de resolver los problemas de la vida pública los incrementa. Hacen falta ciudadanos críticos, atentos, informados.
Con frecuencia se oyen en los medios de comunicación, por parte de periodistas y políticos, expresiones del tipo: " esta es la juventud más preparada de la historia de España". No lo pongo en duda. Es cierto que en muchos aspectos tenéis más preparación que la que alguno de nosotros tenía a vuestra edad. Habéis viajado más que lo que lo hicimos nosotros cuando ocupábamos los pupitres, tenéis mejor formación en idiomas que la que teníamos nosotros y habéis dispuesto de unos medios  que algunos de nosotros, los más viejos, no podíamos ni imaginar. Con todo, como los años me han vuelto no sé si cínico, pero sí receloso, la expresión "preparado" se me ha tornado sospechosa. Siempre pensé que se trataba de un simple adjetivo, pero repetida constantemente por políticos he llegado a pensar si con ello, más que un adjetivo sin más misterio, no se refieren a una palabra compuesta del prefijo "pre", es decir, "antes de", y "parado", es decir, "sin trabajo". De acuerdo con esta sospechosa interpretación, "preparado" querría decir estudiante previo a estar parado. Sea de ello lo que fuere, si no queréis estar "preparados" vais a tener que estar muy preparados.
A vosotros nadie os va a regalar una titulación, nadie os va a regalar un grado, lo tendréis que obtener con vuestro esfuerzo en el estudio y, con el esfuerzo económico de vuestras familias.
Los asuntos públicos no os deben dejar indiferentes, no porque sean apasionantes sino porque os afectan directamente.
En este 2018 se cumplen cuarenta años desde la promulgación de la actual Constitución de 1978. No son pocas las constituciones que han tratado de regir la convivencia entre los españoles: 1812, 1837, 1845, 1869, 1876, 1931. No cito algún que otro estatuto, alguna que otra Constitución que no llegó a entrar en vigor, algunas leyes fundamentales que mejor olvidar. Tanta fecha es muestra de que nuestra historia no ha sido fácil. Sin duda, toda obra humana es perfectible pero todo cambio debe estar bien meditado y es a vosotros de manera principal a quienes os toca tratar de mejorar los acuerdos de convivencia.
A veces se critica a los protagonistas de la Transición porque sólo hicieron lo que pudieron. Los que, como yo, éramos entonces jóvenes, nos quejábamos con frecuencia ante lo que nos parecía excesiva lentitud en los cambios. La juventud y la prudencia no siempre son buenas compañeras. Tampoco ahora se podrá hacer lo que se quiere y desea sino lo que se pueda hacer. Hacer lo que no se puede es olvidar que la política se rige por una ética de responsabilidad. Puede que aquella obra de la Transición no fuera el modelo de perfección que los que la protagonizaron tendieron a trasmitir pero tampoco fue una farsa. Esta España de hoy es mejor que la de hace cuarenta años. Vosotros la tendréis que hacer aún mejor.
A comienzo de este año en Primero de ESO, no recuerdo por qué motivo, me surgió la necesidad de hablar de ETA. Un niño me preguntó: ¿qué es ETA?. Jamás una demostración de desconocimiento por parte de un alumno me ha causado más contento. De tratarse de una alumno de más edad me habría irritado su ignorancia pero tratándose de un niño de doce o trece años rápidamente vinieron a mi mente las imágenes de aquellos años de plomo. Hay que pasar adelante, cómo no. Hay que pasar página, se suele decir. Claro que hay que pasar página, pero una vez bien leía, estudiada y aprendida la página anterior, para que la sinrazón, el espíritu de tribu, no atente una vez más a nuestra convivencia.
También este año hemos podido constatar cómo la mujer, de manera clara, rotunda, ha dicho no. No a la discriminación, no al abuso. Ese "no" desmiente el significado negativo de un simple adverbio . Ese "no" es un "sí" a la dignidad, un "sí" a la igualdad.
Este año también se cumple un aniversario de nula importancia para el Centro, de poco interés para vosotros pero sí significativo para mí: dentro de apenas dos meses se cumplirán treinta años desde que yo aprobara la oposición para profesor de instituto, en aquel momento Profesor Agregado de Bachillerato. Unido a una experiencia anterior como docente y a otra experiencia como profesor durante un año en el Ejército, más de la mitad de mi vida llevo ya en las aulas. Ello no me hace más sabio, por supuesto. He cometido errores y en el tiempo que me queda los seguiré cometiendo. Es inevitable por más que uno se esfuerce. Tengo ya más pasado que futuro en este trabajo. Me cuesta ya seguir el derrotero por donde discurre la enseñanza. Lo que se exige hoy de un profesor es distinto a lo que se le exigía en 1988, cuando ingresé como profesor en la enseñanza secundaria, entonces no obligatoria. Otros hombres y mujeres, otras generaciones, con otros métodos, con otras técnicas, con más frescura, con nuevas ideas, vendrán para mantener la labor de la enseñanza, poco valorada, como suele pasar con las cosas en verdad importantes.
Estoy convencido de que cada uno de nosotros ha intentado hacer su trabajo como mejor ha sabido y podido.
Creo que interpreto bien los sentimientos de mis compañeros si os deseo de todo corazón que en este nuevo camino, tanto en lo personal como en lo profesional, tengáis éxito. Éxito en el estudio, éxito en el trabajo, felicidad , en cuanto ello es posible en esta vida; y si alguien no alcanzara esa felicidad, que por lo menos nadie pueda decir que no la haya merecido, aunque no la haya encontrado.
¡Larga vida a la promoción 2012- 2018! ¡ Hasta siempre!



miércoles, 25 de abril de 2018

FUEGO AMIGO.


Parece ser que el viejo canciller alemán Konrad Adenauer solía decir que en política existen en orden ascendente de peligrosidad adversarios, enemigos y compañeros de partido, siendo estos últimos los más peligrosos y de quienes más había que cuidarse.
Un ex ministro español todavía vivo, Rodolfo Martín Villa, solía gritar: "¡cuerpo a tierra, que vienen los nuestros!".
Algo de cierto expresan estas prevenciones. Adolfo Suárez, en sus años finales, sufrió la acometida de los socialistas(comprensible al ser la oposición natural) pero quienes realmente acabaron con él fueron gentes de su mismo partido orientadas más a la derecha de lo que lo estaba su presidente.
Algo de esto le ha ocurrido a la señora que hasta hoy ha presidido la Comunidad de Madrid. Ella sola ha sido la protagonista de los hechos que le han llevado a dimitir pero el "fuego amigo" de gentes de su mismo partido ha ayudado sin duda.
Desde su retiro en su casa de Madrid, una señora en otro momento implacable y hoy entrañable abuelita tiene que estar partiéndose de risa.
Como decía el conde de Romanones: " ¡Joder, qué tropa!".

martes, 24 de abril de 2018

MALA LETRA.


Se está difundiendo por el espacio mágico y virtual de la red una afirmación que sostiene que las personas inteligentes a menudo tienen mala letra.
La afirmación no permite sostener que toda persona que tenga mala letra sea inteligente. Sólo señala lo habitual de que una cosa vaya unida a la otra.
En lo que a mí se refiere, mi mala letra ha quedado acreditada ante toda persona que se haya visto en la obligación de leerla, o más bien interpretarla. Ello no me da crédito como persona inteligente, como ya ha quedado claro.
En mis primeros años de profesor, en el transcurso de una evaluación  estábamos comentando el caso de un chico del que casi ninguno de los presentes tenía nada positivo que decir. Eran aquellos tiempos en los que no se hablaba con la corrección y circunspección hoy habitual. En determinado momento, mientras mis colegas seguían ponderando las carencias del alumno en cuestión, yo saqué unas notas que llevaba escritas. Una compañera que estaba sentada a mi lado vio el papel y, creyendo que se trataba de un escrito del alumno del que estábamos hablando dijo con voz totalmente audible: "y, además, basta ver la letra de este chico para darse cuenta que es la letra de un anormal". "Elvira, esta letra es la mía", le dije. "¡Qué tonta estoy, verás, es que no me he puesto las gafas!". Sí, sí, las gafas, pensé yo. Lo dicho, dicho está.
Resulta evidente que mi compañera no estaba del todo de acuerdo con la idea de asociar la mala letra a la inteligencia. Puede que en lo que a mí se refiere acertara en el diagnóstico, aunque fuera por razones equivocadas.


jueves, 22 de marzo de 2018

JÓVENES PREPARADOS.


Toda la vida pensé que la palabra "preparado" era una adjetivo hasta que la constante insistencia en expresiones del tipo "tenemos la juventud más preparada de la historia", "jóvenes sobradamente preparados" y tantas otras me han llevado a darme cuenta de lo que la palabra significa.
Sospecho que "preparado" es en realidad una palabra que consta del prefijo "pre", es decir, antes de, y "parado", es decir, sin trabajo.
En consecuencia, o "por consiguiente", como diría Felipe González, cuando decimos que un joven está "preparado" lo que en realidad queremos decir es que todavía no está parado pero que lo estará cuando llegue el momento, es decir, cuando termine su preparación.
¡Jóvenes, si no queréis estar preparados tendréis que estar muy preparados!

viernes, 9 de marzo de 2018

MATERIALISMO HISPÁNICO.


España es materialista. No en el sentido en que lo fueron los materialistas franceses del XVIII. Menos aún en el sentido en que lo fue Marx.
Aquí somos materialistas en su sentido más literal y mostrenco: podemos comprender qué es una ladrillo porque lo podemos ver, tocar con las manos y, ya puestos, arrojárselo a alguien.
Resultado de imagen de DUELO A GARROTAZOS

Más de uno me ha preguntado si realmente un director de orquesta hace algo. Eso de ver a un señor agitando los brazos y asociarlo con la música que está sonando nos parece que no guarda relación con algo real. Nuestra mente nos da para entender qué hace un pianista dado que comprendemos la relación entre alguien que toca unas teclas y el sonido que produce: ahí vemos un contacto físico directo.
Cualquier otra cosa nos parece ya magia, ya embeleco.
En España no creemos en Dios pero sí que podemos captar el sentido de una escultura de Cristo o de la Virgen, porque somos más dados a la imagen que al concepto.
Podremos ser una país de fanáticos pero jamás de teólogos.
De la filosofía, para qué hablar.

domingo, 18 de febrero de 2018

EL RETRATO Y LA FOTOGRAFÍA.

¿Es cierto aquello que se dice sobre los relojes parados, que dan dos veces al día la hora exacta?

En un uso coloquial se entiende lo que la  broma quiere mostrar: la poca exactitud que muestran los relojes, sobre todo los que han de ser reanimados con cuerda o los que se alimentan con pilas.
Ahora, cuando toda una nueva generación se ha acostumbrado a consultar la hora en el teléfono móvil, vamos camino de que esa broma pierda su sentido y día llegará en que a los niños les resulte tan arcana la interpretación del sentido de las agujas del reloj como  a mí entender cómo se halla el peso en una romana.

Si del ámbito coloquial pasamos al terreno más estricto de lo que es el tiempo, tendremos que decir que un reloj parado no da la hora exacta dos veces al día, al contrario, no la da nunca.
El tiempo está formado de instantes, pero los instantes también fluyen, son temporales. Un instante no es un punto detenido en el tiempo. Si así fuera, la suma de instantes no podría dar como resultado una realidad temporal.
Una fotografía es estática. La rápida sucesión de fotografías estáticas produce la ilusión de movimiento. Esa es la base del engaño a los sentidos que supone la invención del cinematógrafo.
El tiempo es consuntivo. Realizar una fotografía es un intento de captar un momento de una vida que nunca se detiene. El precio que hay que pagar es el de captar la imagen pero perder la sucesión, el transcurso.
La fotografía muestra sin grandes reflexiones pero con la contundencia del gesto el anhelo de inmortalidad y la imposibilidad de la misma. Vivir es envejecer. No envejece el que no vive. Las personas que murieron jóvenes nunca envejecen, pues su imagen queda congelada en algún instante de su juventud, conservándose en la memoria de quienes las conocieron con la lozanía perenne pero engañosa de una vida truncada.
Es la misma sensación que experimentó aquel escalador que camino de la cumbre dio con el cadáver congelado de su padre y sintió una sensación de extrañeza al ver un cuerpo que mostraba ser más joven que el de su hijo en aquel momento. El padre estaba más joven que su hijo, pero como consecuencia del tributo que como él, tantos escaladores pagan a la montaña.
No obstante, el arte puede y debe desmentir a la realidad. Una fotografía no capta la realidad de la vida pero encierra otro tipo de realidad.
El instante captado, detenido, nos muestra la fugacidad bajo el prisma de la eternidad, una realidad imposible por contradictoria pero verdadera en cuanto a su afán.
Cuando la fotografía desplegó su vuelo, no dejó de haber personas que aseguraran que el tiempo de la pintura de retrato ya había pasado y que la fotografía había ocupado su lugar.
El retrato a lápiz que sobre una fotografía de mi madre ha realizado Luisa Domenech por encargo de una hermana mía como regalo de cumpleaños es una muestra de cómo, sobre una bella imagen obtenida de manera mecánica se puede lograr una recreación más bella aún, pero de total veracidad.
El instante robado a la sucesión por una mano anónima allá por el año 1947 es transcendido por la mano de la artista y dotado de una veracidad vital que la imagen mecánica no puede captar y sí es lograda por una mano tras la cual hay esfuerzo, trabajo, empeño y enorme talento.
La verdad del instante se capta mejor con el dibujo, tarea que se realiza en el tiempo, que con la fotografía, resultado mecánico de un instante.
Hay mayor verdad en el retrato que en la fotografía dado que el retrato se realiza en el tiempo, y ese tiempo de esfuerzo y de empeño dota al resultado de la veracidad vital que en la fotografía, aunque bella también, no puede estar presente.
Lo que en su día la cámara reflejó se nos muestra ahora como el resultado de lo que una mirada ha captado. La fotografía mostró un rostro ofrecido a la cámara. El retrato a lápiz nos devuelve esa misma imagen transcendida por una mano hábil al servicio de una mirada penetrante.

domingo, 11 de febrero de 2018

GRAMÁTICA INCLUSIVA.

El plural de "voz, palabra femenina, es "voces". El plural de "hoz", palabra femenina, es "hoces". El plural de "coz, palabra femenina, es "coces".
Quien lleva la voz, quien la porta, es un portavoz o una portavoz. El portavoz o la portavoz, si se trata de personas identificadas.
En español el género lo determina el artículo. El final en "o" o en "a" así como sus plurales en "os" o en "as" determinan el género en algunas palabras pero no en todas.
Tenemos ejemplos como "el policía", "el artista", "el niño autista", "la mano", "la soprano", "la contralto", "la dinamo".
Hace años, cuando aquella ministra dijo lo de "los miembros y miembras" cometió un error puesto que "miembra" no existe.
Hubo otro error que nadie advirtió: admitiendo como hipótesis de trabajo su nuevo uso nadie constató que dijo "LOS miembros y miembras", dando preeminencia al artículo determinado masculino plural, cuando de haber creído de verdad el uso que defendía tendría que haber dicho "LOS miembros y LAS miembras".
Decimos de un hombre que es un machista y no un machisto.
Si alguien quiere decir que los romanos y las romanas lucharon contra los cartagineses y las cartaginesas lo puede hacer, pero a los diez minutos dirá "romanos" y "cartagineses".
Si digo que estuve en Barcelona cinco días, no tengo que añadir que estuve cinco días con sus correspondientes noches.

El género es una cosa y el sexo otra. La carretera es femenina pero no es una hembra.

jueves, 1 de febrero de 2018

LOS VISIONARIOS, BAROJA Y EL LIBRERO DE CÓRDOBA.


En Los visionarios Pío Baroja traza la descripción de un librero de Córdoba:
«Al día siguiente Fermín anduvo a la busca de una librería de lance, y encontró una en la plaza del Salvador.
El librero, hombre de mediana estatura, calvo, con anteojos, vestido con un guardapolvo gris, parecía hombre culto. Le preguntó Fermín si no quedaban libros antiguos en la ciudad. Al parecer no quedaba ninguno, al menos en el comercio. Quizá había bibliotecas importantes, aunque lo dudaba.
En la conversación, el librero citó algunos libros en latín.
-¡Cómo! ¿Sabe usted latín? -le preguntó Acha.
-Sí, un poco.
-¿Es que ha estudiado usted para cura?
-Sí, yo he sido pastor protestante.
-Hombre, ¿qué me dice usted? ¿Y es usted de aquí?
-No; yo soy de Zamora. Mi padre, en la revolución de Septiembre, se convirtió al protestantismo y a mí me hizo pastor, y he estado de pastor y de maestro en Cádiz y luego en Córdoba.
La semejanza de carrera con él le produjo a Fermín gran estimación por el librero. Hablaron largamente».
Baroja habla, aunque sin dar su nombre, de una persona real: Pedro de Vegas Hernández.
Los visionaros de Baroja constituyen un ejemplo de obra a mitad de camino entre la novela y el reportaje. Baroja, al igual que Unamuno, prestó atención al protestantismo español. Los dos vascos se acercaron a este movimiento minoritario a la manera característica de cada uno de ellos: con curiosidad de antropólogo andariego y descreído en el caso de Baroja; con preocupación existencial e interés teológico en el bilbaíno. Unamuno tuvo amistad con el pastor protestante de Salamanca Atilano Coco. La detención de Coco influyó en la decepción y repulsa que Unamuno sintió por un alzamiento militar que en principio suscitó su simpatía y, muy probablemente dicha situación tuvo que ver con el enfrentamiento sonoro que tuvo con las autoridades en el Paraninfo de la universidad el día 12 de octubre de 1936, que se resolvió con su apartamiento de la vida pública y confinamiento de hecho en su domicilio hasta su muerte el último día de ese desgraciado año.
El protestantismo surgió en España en una época más temprana de lo que habitualmente se cree. Los focos luteranos detectados en Valladolid y Sevilla al comienzo del reinado de Felipe II alarmaron a su padre, ya entonces retirado en Yuste. El viejo césar tuvo que contemplar en sus últimos días cómo un movimiento que él creía exclusivo de algunas tierras europeas había brotado también en España e instó a la regente Juana a que tomara las medidas más enérgicas posibles. Miguel Delibes, en El Hereje, describe con mano maestra las vicisitudes  de estos primeros protestantes españoles.
Durante el siglo XIX la imagen de España cambió para los visitantes extranjeros. Del país oscuro dominado por la Inquisición se pasó a ser un país exótico, casi oriental.
El excéntrico viajero inglés George Borrow recorrió España en la época de la primera guerra carlista con la misión de que los españoles leyeran Biblias y difundir el protestantismo en un país con extendido analfabetismo y más preocupado por dirimir sus diferencias a trabucazos que por imponerse en los secretos y misterios del libro sagrado. En Madrid fue conocido como Don Jorgito el inglés. De sus experiencias misioneras dejó constancia en una importante obra, La Biblia en España. La obra, traducida a muchos idiomas, tardó ochenta años en poder leerse en español gracias a una traducción de Manuel Azaña. Azaña  aunque no hablaba inglés, lo leía sin embargo a la perfección y su traducción es una obra maestra en español del gran prosista que sin duda Azaña fue.
Patrocinio Ríos se ha interesado en diversos trabajos por algunas figuras relevantes del protestantismo español. En concreto se ha interesado por la figura de Pedro de Vegas, bien trazada en el aspecto académico por sus investigaciones.
Nació Pedro de Vegas en la localidad zamorana de Villaescusa el 13 de mayo de 1893, hijo de un converso al protestantismo a raíz de la revolución de 1868, la conocida como la Gloriosa, que abrió el periodo conocido por los historiadores como sexenio revolucionario o sexenio democrático, momento convulso pero interesante en el que se sucedieron a ritmo vertiginoso un gobierno provisional, una regencia, una monarquía importada de Italia, una república, un régimen híbrido y dictatorial para finalizar con la Restauración de los Borbones de la mano de Cánovas del Castillo en la persona del joven Alfonso XII, los mismos Borbones de los que uno de los líderes de la revolución, Juan Prim, había afirmado que no regresarían a España "jamás, jamás, jamás".
Bajo el torbellino de tanto cambio la revolución trajo novedades importantes, y una de ellas fue la libertad de cultos. También se abrió paso la posibilidad de asociación para el movimiento obrero.
Esa libertad de cultos está en el origen de un resurgimiento del protestantismo español. Piénsese que los liberales gaditanos, aún con todas las novedades que aportaron seguían sosteniendo en la Constitución de 1812 que la religión católica era la española, única verdadera, prohibiéndose la práctica de cualquier otra.
El padre de nuestro hombre, Joaquín de Vegas Moya, sería con toda probabilidad uno de esos hombres inquietos amantes de novedades.
En el texto de Baroja el librero indica que fue su padre quien le señaló el camino del pastorado.
Pedro de Vegas contrajo matrimonio con Josefa Martín, teniendo varios hijos.
En 1918 Pedro de Vegas fue nombrado pastor. Con posterioridad  se estableció en Córdoba, donde se hizo cargo de la Iglesia Evangélica, situada en la estrecha calle de Candelaria. Ejerció su labor hasta el año 1929, en que se vio obligado a abandonar la iglesia y buscarse el sustento montando una librería en la plaza del Salvador.
Todo cambió tras el inicio de la guerra.
Su hija Esther refiere: "precisamente en la madrugada del 25 de julio, una partida de falangistas, jóvenes irresponsables, ebrios de lo que ellos suponían su gran triunfo en la vida, rompían a culatazos la puerta de cristales. Entonces se dirigieron a mi padre y le dijeron: «Venimos a recoger todos los libros marxistas que haya". Mi padre sugirió ver el catálogo y retirar los que ellos dijeran, pero argumentaron que no tenían tiempo para ello, así que sin otros miramientos, cada cual se situó delante de una estantería y comenzaron a coger los libros que les parecía y a arrojarlos de cualquier forma a la calle. Los primeros volúmenes arrojados a la calle fueron Los Episodios Nacionales de Dn. Benito Pérez Galdós, que en unión de otros muchos más y pocos o ninguno marxistas pasaron a formar un inmenso montón en medio de la calle. Recuerdo que los libros marxistas tuvimos que destruirlos después nosotros. Al pie de la escalera había una alacena cuyas tablas nos servían de librería, y en ellas teníamos gran cantidad de Biblias. No más fue abrir y verlas se pusieron tan frenéticos que todo hacía suponer habían visto al mismísimo demonio. No titubearon en que pasaran a incrementar el montón de libros que ya estaba en la calle. El 26 de Septiembre, domingo, a la una de la tarde, dos agentes de policía detuvieron a mi padre», y lo llevaron al Gobierno Civil. Las gestiones que llevó a cabo su mujer Josefa ese mismo día y el siguiente lunes no consiguieron aplacar la intolerancia de las autoridades. Pedro de Vegas murió fusilado el día 27 de septiembre.
Miguel Blanco Ferrer.
Hecho curioso, el 27 de septiembre de 1975, 39 años después de esta criminal ejecución fue la última ocasión en que en España se aplicó la pena de muerte.
Los trabajos de Patrocinio Ríos, así como la información proporcionada por Esther, hija de Pedro, nos acercan a un personaje importante del protestantismo español de antes de la guerra. Otra figura importante del protestantismo español de esa época, el pastor Miguel Blanco Ferrer, que conoció a Pedro de Vegas, murió fusilado el 9 octubre de 1936. A este Miguel Blanco, tío carnal de mi madre, le ha dedicado el ayuntamiento de San Fernando (Cádiz) una calle. Yo tuve la satisfacción de poder llevar a mi madre a ver la calle dedicada a su tío, que para ella fue como un padre.
Atilano Coco, el pastor que en Salamanca trabó amistad con Miguel de Unamuno también fue ejecutado.
Pedro de Vegas Hernández.
A veces estudiamos los acontecimientos históricos como algo que nos da simplemente información, puede que una pátina de cultura pero en el fondo nada sustancial.
Una  revolución como la de 1868, conocida como la Gloriosa, la vemos como algo lejano, que apenas puede tener alguna influencia en nuestras vidas. Los trabajos de Patrocinio Ríos me han llevado a meditar acerca del  hecho de que yo naciera en el seno de una familia protestante, el hecho de que simplemente naciera, no se hubiera nunca producido de no ser porque el lejano y desconocido bisabuelo Joaquín decidió explorar otras formas de religiosidad aprovechando el ambiente de mayor tolerancia propiciado por la revolución de septiembre de 1868.
Pedro de Vegas, el barojiano librero, sigue siendo para mí un desconocido, aunque algo menos. La muerte injusta no hace justo al que la padece pero llena de ignominia a quien la propicia.
Poco sabemos de quienes nos precedieron. El paso de los años convierte a nuestros mayores en eslabones de una cadena, perdiéndose los rasgos de su personalidad y quedando reducidos de personas concretas a condiciones necesarias para la existencia de quienes vienen después.
Quedémonos con lo poco que de ellos sabemos, lamentemos su desdichado final, como en el caso de quienes en un lado y otro de la línea de fuego de nuestra guerra perdieron injustamente su vida y callemos lo que no sabemos.
Cualquier otra actitud sólo muestra arrogancia y falta de sabiduría.