martes, 12 de marzo de 2013

EL ORDENADOR Y LA LENTITUD.



Martín de Riquer, hombre rico en sabiduría y años, manifestó en una entrevista de hace no mucho tiempo que había logrado adaptarse al uso del ordenador. También manifestó que lamentaba haber llegado tarde a Internet y que ya no se veía con capacidad como para intentar adentrarse en ese mundo.
Teniendo en cuenta la edad más que avanzada del sabio catalán, es admirable su capacidad para intentar acomodarse al uso de nuevas herramientas.
Un detalle que me llamó la atención de la entrevista fue la observación que de Riquer hizo de las ventajas del ordenador. Según él, la mayoría apreciaba en el uso de nuevas tecnologías muchas virtualidades, pero casi todo el mundo resaltaba como una de las más notables la rapidez. Martín de Riquer, sin embargo, se fijó en otra ventaja que a la mayor parte de la gente le suele pasar desapercibida: la lentitud.
Cualquier persona de cierta edad, que haya tenido que escribir a máquina sabe el suplicio que suponía cometer un error de escritura que muchas veces obligaba a repetir la página. Dejando a parte la mayor o menor pericia del escritor, otro detalle importante residía en la pereza que daba en muchas ocasiones revisar una frase no lograda o corregir una idea mal expresada. Existía la tentación de dejar el texto tal cual estaba siempre que el error o la deficiencia no fueran de bulto.
Martín de Riquer, hombre no sólo sabio sino también sagaz, se dio cuenta que el procesador de textos brindaba una gran oportunidad para corregir, meditar, matizar con más precisión, en suma, trabajar con mucha más lentitud y reposo.
Gran observación fue esta, pero que muestra que tras la misma hay toda una manera de ver el trabajo. La obra bien hecha está reñida con la rapidez. El imperativo del instante no va con ella.
El dejar reposar las cosas hasta que adquieran un poso adecuado parece ser una forma de trabajar propia de otra época, pero cuando alguien inteligente tiene la agilidad mental suficiente puede ser capaz de torcer el imperativo de lo instantáneo y saber usar las herramientas de hoy para seguir trabajando como siempre.

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