Las
lenguas, si no en todo, sí en parte, son como las gafas.
Las
gafas nos sirven para ver mejor. Cuando, en vez de fijarnos en el paisaje nos
fijamos más bien en nuestras gafas, probablemente es porque se nos han
manchado.
Hay
mucha variedad de gafas. Puede que sean muy bonitas, pero lo fundamental es que
con ellas podamos ver.
Las
lenguas están para comunicarse, entenderse y expresarse. Son variadas, cada una
refleja un mundo de alguna manera peculiar, pero lo importante es que con ellas
podamos comunicarnos y entendernos. No están para que nos las arrojemos a la
cabeza.
El
que es tonto, lo es en cualquiera de las lenguas en las que hable. El que tiene
algo que decir, lo dirá. El que tiene la cabeza vacía sólo se fijará en la
lengua que habla y pensará que es alguien por hablar una determinada lengua,
pero quien eso hace, es más amante de la tribu que de la comunicación y el
entendimiento.
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